Su Hijo y la Nueva Era

Capítulo Cinco

  Las escuelas y el globalismo de la Nueva Era

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Quien controla a la juventud, controla el futuro. (Adolfo Hitler)

 

Bajo La apariencia de enseñar un pensamiento mundial, hay un creciente elemento en el movimiento educacional global que quiere que los niños adopten La filosofía místico/ocultista de Oriente. La educación global supuestamente es para enseñar a los niños que ellos son «ciudadanos» de una aldea universal. Educadores místicos globales van más allá de los asuntos políticos, económicos, y tecnológicos hasta incursionar en lo que ellos llaman «consciencia planetaria». Este «mas alto nivel» de la conexión global dicen ellos, traerá al mundo paz y prosperidad (Eric Buehrer, Asociación nacional de educadores cristianos).


Una engañosa esperanza está surgiendo a través de nuestra sociedad de hoy: ¡Podemos hacerlo! Podemos recrear la tierra y completar el proceso evolutivo. Cuando eliminemos las ba­rreras nacionales, seremos uno. Al unir las conciencias alrede­dor del mundo, podemos llegar a ser una súper raza, la verda­dera familia mundial de Dios.

Las semillas de este sueño utópico fueron sembradas por John Dewey. Alimentado por la calurosa amistad entre la humanista NEA y la UNESCO, el concepto de unidad mundial echo sus raíces bien profundamente en cada nivel de la educación publica. En su libro sobre educación global, New Genesis: Snaping a Global Spiritualy [Un nuevo génesis: Modelando una espiritualidad global], el doctor Robert Muller, subsecre­tario de la UNESCO (Consejo Económico y Social de las Nacio­nes Unidas), desenmascara el carácter espiritual del movimiento:

A escala universal, el género humano está bus cando nada menos que su reunión con lo «divino», su trascendencia hacia siempre formas de vida más alta. Los hindúes llaman a nuestra tierra Brahma, o Dios, porque ellos precisamente no ven diferencia entre nuestra tierra y lo divino. Esta vieja y simple verdad esta apare­ciendo lentamente de nuevo en la humanidad[. . .] mientras estamos a punto de entrar a nuestra era cósmica y llegar a ser lo que siempre quisimos ser: el planeta de Dios.1

Para los «evolucionistas» de la Nueva Era, el sueño de una unidad global justifica cualquier procedimiento, por cuestio­nable que sea. No es sorpresa, entonces, encontrar que en las aulas se estén enseñando los pasos para alcanzar esta altiva visión. La fórmula que substituye la sabiduría de Dios con valores engañosos puede también cambiar el mundo: aplastar lo viejo; y entonces de sobre sus cenizas surgirá una nueva tierra, un mundo libre de culpa, miedo, opresión y pobreza. El tiempo esta maduro para comprar la mentira.

 

«Empezando con el año escolar 1982-83 se comenzó a enseñar a los niños la ciudadanía mundial en lugar de la ciudadanía esta­dounidense. Esto se hizo gracias a una orden dada a través de los profesores del Concilio Nacional de Estudios Sociales» (Dr. William M. Bowen, Jr.)2

 

Esta transformación va en aumento a medida que millones alrededor del mundo esperan el mundo de armonía, amor y unidad de la Nueva Era, un mundo de perfeccionamiento del dios-hombre, que sigue la sabiduría del Yo.

La nueva historia de los Estados Unidos

El globo de la Nueva Era tiene dos fallas principales. Desco­noce la naturaleza egoísta del hombre y el plan soberano de Dios. Sí, la Biblia nos dice que se levantará un gobierno mundial ondeando la bandera de la paz. Pero ese gobierno desencadenará una cruel dad y una opresión inimaginables. Como la antigua Babilonia, demostrará tanto el esclavizante poder de Satanás como la depravación fundamental del hom­bre separado de Dios.

Quienes compran la mentira de que el fin justifica los medios usualmente descubren que los medios pronostican el fin. Podemos tener una idea del futuro mundo de la Nueva Era observando las formas en que su gente trata de lograr sus metas. Si durante el proceso engañan, engañaran hasta el final.

 

Sabemos que los gobiernos totalitarios distorsionan los hechos histéricos con el fin de controlar a sus pueblos, pero los Estados Unidos nunca llegaran a eso. ¿Nunca? En su libro, What Are They Teaching Our Children [¿Qué les están enseñando a nuestros hijos?], Mel y Norma Gabler ofrecen algunos hechos escalofriantes:

· ¿Quien merece más atención en los textos de historia de los Estados Unidos: George Washington o Marilyn Monroe? Un libro de texto para el quinto grado dedicó siete páginas a la señorita Monroe, mientras a George Washington solo lo mencionó ocho veces.

··· En otro libro de texto para el quinto grado encontramos esta pregunta: Nombre la nación que a su parecer corresponde al si­guiente pasaje: «En este momento, ningún país sobre la tierra es más culpable de prácticas horrorizantes y sangrientas que __________ Vaya donde quiera e investigue donde lo desee. Recorra todos los reinos del Viejo Mundo. Viaje a través de Sudamérica. Examine cada error. Cuando haya encontrado el último, compare lo que encontró con las practicas diarias de esta nación. Entonces usted estará de acuerdo conmigo en que, en materia de asquerosa barbaridad y vergonzosa hipocresía_____________ no tiene rival» ¿Se rinde? El país tan honrado es los Estados Unidos.

· Nombre seis principales áreas culturales del mundo. Si usted incluye en su lista a los Estados Unidos y a Europa Occidental, usted está equivocado, al menos según un texto de historia mundial el cual selecciona a: Rusia, Latinoamérica, China, India, África, y el Medio Este.

· Complete: «{En China] el __________ vuelve a la gente hacia un futuro de ilimitadas promesas, una escalera hacia las estrellas». La palabra que falta es marxismo.

· Patrick Henry lanzo la consigna de la independencia de los Estados Unidos: «¡Denme la libertad o denme la muerte!» ¿Vale la pena que esta frase sea memorizada par los niños? Según un estudio hecho par la revista This Week, sólo dos de los cuarenta y cinco textos de historia la incluyen.3

Mientras otras naciones disimulan su pasado, nuestro país da a Los educadores de la mentalidad global la libertad de reducir la imagen de nuestra nación a la de un tirano codicioso y agresivo. Ellos nos lo advirtieron, pero nosotros no creíamos que podría ocurrir. En su Manifiesto II, los humanistas nos dijeron que ellos «deploran la división de una raza humana en grupos nacionalistas» y apuntan a «trascen­der los limites de la soberanía nacional». Están decididos a construir «una comunidad mundial». .. con la ayuda de nues­tros hijos. Un libro de texto para profesores, dice:

La lealtad a una nación es el impedimento mas grande que bloquea la creación de un gobierno internacional. Hay que abolir Las fron­teras nacionales y el concepto de soberanía. La forma más rápida de hacer esto es condicionar al joven a una alianza más amplia. Una opinión favorable a un gobierno internacional se desarrollara en Los estudios sociales en la escuela elemental. 4

Las escuelas públicas serán el canal de salida de la propaganda para estos defensores de la doctrina de «un solo mundo». Las escuelas están siendo inundadas con propaganda que promuevan el concepto de intertlependencia, la que enfatiza "perspectivas mundiales" y "ciudadanía mundial"» Marlin Maddoux, animador de Point of view [Punto de vista].

La enseñanza de la paz

La desvalorización de los Estados Unidos y la proclamación del punto de vista globalista de paz están programando a los niños para aceptar cuatro metas de la Nueva Era :

· Un Nuevo Orden Mundial, el cual implica un único go­bierno mundial.

· Una nueva religión mundial. La mescolanza (sincretis­mo) de la Nueva Era de humanismo, hinduismo y cualquier otra religión -excepto el cristianismo genuino-llena perfec­tamente estos planes.

· A Un nuevo sistema económico para la redistribución de la riqueza, especialmente la de los Estados Unidos.

· Una ciudadanía global desarrollada espiritualmente y regida por medio de los mas avanzados y mas conscientes.

Para conducir a los alumnos al campo de un solo mundo, los globalistas usan una estrategia llamada «Dirección en la cri­sis». Su incentivo es el miedo, y su programación puede comen­zar incluso en el Jardín de Infantes. Este «plan de paz» primero sumerge a los niños en una auténtica preocupación llevada a la proporción de crisis -tales como el horror de una guerra nuclear y el desastre ecológico- y luego usa reacciones predeterminadas para propósitos políticos.

Para evitar confrontaciones con «grupos cristianos de de­recha», las Escuelas Públicas de Seattle recomendaron en un memorándum fechado el 19 de abril de 1985 usar otros términos para «Educación global». Un « término temporal pero segura es el desarrollo de un programa internacional/multicul­tural».5

[El movimiento político detrás de los estudios sobre la paz] ha insistido en que nuestras escuelas instituyan los «talleres de infusión» en los cuales los profesores separan días «para crecer en el entusiasmo de la educación de la justicia y de la paz». Esto no es educación; esto es adoctrinamiento (William Bennett, ex secretario de Educación de los Estados Unidos).

 

Con la excusa de que el temor de los niños debe sacarse a la superficie, educadores globalistas encontraron la formula para producir el necesitado temor. A los niños se les mostraron películas de victimas mutiladas por las bombas de Hiroshima y Nagasaki.6 Se les dijo que discutieran los efectos a largo plazo en «aquellos que no murieron inmediatamente por la explosión». Analizaron el dolor progresivo de los enfermos por la radiación. Estudiaron fotos de los sobrevivientes de Hiros­hima. Practicaron juegos para estimular pensamientos acerca de su propia muerte. Se imaginaron la devastación que sufrirían su propio estado, condado y vecindario en grandes explo­siones nucleares. Y así, llegaron a tener miedo..

Escucharon extraños relatos acerca de la agresividad de los Estados Unidos y sus políticas de no cooperación. Aprendieron a simpatizar con los problemas de Rusia con sus vecinos poco amistosos. Practicaron juegos para probar la riqueza y la codicia de los Estados Unidos de cara a una comunidad mun­dial hambrienta.

Se irritaron y sintieron vergüenza. En ese punto, un profe­sor entrenado pudo dirigir su miedo, su enojo y su sentido de culpa nacional en la dirección deseada: hacer álbumes de recortes sobre la paz, hablar sobre desarme a los adultos, participar en foros comunitarios, escribir cartas a sus senado­res, y al Presidente.7

Si la educación global enseñara hechos en lugar de senti­mientos, discernimiento en lugar de simpatía, y realidad en lugar de propaganda, nosotros la aplaudiríamos. Pero no es así. Enseña a nuestros hijos a desdeñar a los Estados Unidos y a favorecer a Rusia, y a despreciar a nuestros líderes nacionales. Los lleva a creer sincera pero arrogantemente que sus cándidas soluciones son mejores que las basadas en consideraciones sabias de información histórica, la opresión de las dictaduras, y las horrendas injusticias del comunismo.

Al deplorar esta subversión política en nuestras escuelas, William Bennett, entonces secretario de Educación, señaló:

No es propio usar Las salas de clases estadounidenses para «crear una red popular de educadores activistas» como los Educadores de la responsabilidad social[. . .] describieron sus metas[. . .]

Los deseos no reemplazan el hecho de que Los ciudadanos esta­dounidenses no comentan casi nada de su vida política con Las personas que viven bajo un gobierno totalitario[. . .] Todos los hom­bres son creados iguales; pero no todos Los sistemas sociales y políticos son iguales.8

El centésimo mono

 

Para inspirar a los niños con un sentido de poder para cambiar su mundo, varios programas sobre la paz usan la siguiente fabula como un principio guía. El hecho que evoluciona desde sucesos reales hace creíble la ficción.

La historia comienza con un grupo de científicos japoneses que en 1952 estudiaron los monos macacos en la isla de Koshi­ma. Cuando dejaron algunas batatas -un nuevo deleite- en la playa, una joven mona hembra mejoró el sabor quitándoles la arena en el agua cercana. Primero, los monos más jóvenes imitaron su acción, y pronto 10lo hicieron los demás.

 

Aquí, reportes objetivos abren una vía a los fabricantes de mitos de la Nueva Era. En la historia ficticia usada por varios programas sobre la paz, lmo, una joven hembra, enseña el truco a su madre. Luego, sus pequeñas compañeras de juego que la imitan enseñan el truco a sus respectivas madres. El siguiente punto es importante: «Sólo los adultos que imitaron a sus hijos aprendieron este adelanto. Otros adultos siguieron comiendo las batatas sucias». En este punto el mito se remonta al reino de lo mágico.

En el otoño de 1958, un cierto numero de monos de Koshima estaban lavando batatas. No se conoce el número exacto. Vamos a suponer que cuando el sol se levantaba cada mañana, había noventa y nueve monos en la Isla Koshima, que habían aprendido a lavar SUS batatas. Vamos a suponer, además, que tarde esa mañana el centésimo mono aprendió a lavar batatas. ¡Y ENTONCES SUCEDIÓ!

Por la tarde, casi cada mono en la tribu estaba lavando batatas antes de comérselas. ¡De alguna manera, la energía añadida de este centésimo mono creó una brecha ideológica

Pero nótese. Lo mas sorprendente que Los científicos observan fue que el hábito de lavar las batatas cruzó espontáneamente los limites del mar. Colonias de monos en otras islas y grupos de monos continentales en Takasakiyama empezaron a lavar sus batatas.

Así, cuando un cierto número crítico alcanza un conocimiento, este nuevo conocimiento puede comunicarse de mente a mente. Aunque el número exacto puede variar, el Fenómeno del Centésimo Mono significa que cuando sólo un limitado número de personas conoce un nuevo camino, ese conocimiento puede quedar como propiedad de esas personas. Pero hay un punto en el cual si sólo una persona más despierta a ese nuevo conocimiento, se produce un área de fortalecimiento, de tal modo que este conocimiento alcanza a todos[. . .] Se necesita su consciencia para salvar al mundo de una guerra nuclear. Usted puede ser el «centésimo mono».9

Tal como la teoría de Darwin sobre la evolución física, la fantasía del centésimo mono ha sido usada como base «científica» para el sueño de la Nueva Era, tanto dentro como fuera del campo de la educación. ¡No se sorprenda! Ella presenta lo ultimo en evolución espiritual. Y en la atmósfera subjetiva de la Nueva Era, una revelación no se objeta. ¡Simplemente se cree!

 

La leyenda del centésimo mono llegó a ser un mito popular, suficientemente poderoso como para dar forma al credo de la Nueva Era. La gente lo creyó, y actuó en consecuencia. Por ejemplo, algunos años atrás, Randolph Price, quien dirigía la cadena de la Comisión Planetaria, hizo un llamado para un día especial de meditación global.

Vemos que la consciencia del mundo se está dirigiendo rápidamente hacia una masa crítica[. . .} Haciendo lo que sea necesario para cambiar nuestro conocimiento individual, empezaremos a romper algunas de las oscuras bolsas de emergía negativa en la mente de la raza humana. Mediante nuestro esfuerzo colectivo del 31 de diciem­bre de 1986, podemos literalmente encender la Luz del Mundo, disolver la oscuridad, y empezar la Nueva Era de espiritualidad en el Planeta Tierra. 10

Una religión del Nuevo mundo

Para inspirar una explosión de la conciencia, algunos líderes de la Nueva Era están dispuestos a ganar una masa crítica de mentes. Los niños serán el objetivo principal de los esfuerzos misioneros y las escuelas el gran campo de batalla.

William Bennett expone esta siniestra mezcla de progra­mas de las escuelas publicas, espiritualidad de la Nueva Era y sueños cósmicos:

Otro legado de la Era de Acuario que ha sido incluido en demasiados currículos de nuestros estudios sociales es un prejuicio irracional perturbador. Guías curriculares para[. . .} educación global están llenas con llamados a una «conciencia elevada», para que estudiantes y profesares se vean a ellos mismos «como pasajeros de una pequeña nave cósmica», para que las actividades en la sala de clases com­prendan «intuición», «imaginación», a «visión» de un <futuro mejorado».

Dos proponentes de tal currículo han hecho una ingenua adver­tencia: «Estos ejercicios pueden parecer peligrosos a sus patrones de pensamiento lógico. Para conseguir mejores resultados, suspen­da sus habilidades de juzgar y prepárese a aceptar ideas que parecen tontas y/o poco prácticas». Bien, si vamos a renunciar a un juicio crítico, mejor renunciemos enteramente al juego de la educación.11

Mientras que «conciencia elevada» y «visionario» suenan demasiado místicos para admitirse en muchas escuelas, no ocurre lo mismo con una nueva forma de educación religiosa. Al enseñar las más importantes religiones como el budismo, el hinduismo, el islamismo y el cristianismo, el plan enfatiza las «verdades» universales y los valores históricos de cada una. Esto parece justo e inocuo, hasta que recordamos que el globalismo de la Nueva Era llama a una religión universal, una unión persuasiva de todos los supuestos caminos a la vida eterna. Toda vez que el cristianismo bíblico no llena este requisito, algunos de estos cursos han llegado a ser, en manos de profesores «progresistas», una plataforma para criticar a la exclusividad cristiana y promover la meditación oriental.

En 1988, hablando a varios de los líderes religiosos y políticos mundiales, Robert Runcie, el arzobispo de Canterbury, enunció esta fórmula de la Nueva Era para una unidad espiri­tual en una comunidad global. Nótese la apologética y compro­metida versión de «Cristianismo»:

Detrás [de este resurgimiento de religiones} yace un creciente pesi­mismo acerca del futuro de la humanidad, y un anhelo insatisfecho par vías alternativas para la salvación[ . .}

Todos los siglos en que el Espíritu Santo ha venido trabajando con los cristianos, también ha debido estar trabajando con los hindúes, los budistas, Los musulmanes, y todos Los demás[. . .} Esto debería significar que habría que renunciar a algunas demandas de exclusividad de la Iglesia.12

En abril de 1988, representantes del cristianismo, del bu­dismo, del hinduismo y del judaísmo se reunieron con líderes políticos de mas de cuarenta naciones para «solucionar» los problemas del mundo. Esta Conferencia Global referente a la sobrevivencia humana de lideres espirituales y parlamenta­rios fue patrocinada por el Templo del Entendimiento. Fun­dado con el respaldo de dignatarios tales como el de Dalai Lama, primer ministro de la India, Nehru, Eleanor Roosevelt, los papas Juan XXIII y Pablo VI, el Templo ha llegado a ser un «semillero de diálogo internacional y completa promoción del misticismo oriental». Entre sus recientes invitados a ha­blar están los partidarios de la Nueva Era como Donald Keys, David Spangler y Benjamín Creme, quien continua anuncian­do la venida del Señor Maitreya, «el Cristo».13

Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos (Mateo 24.24).

El pecado de separación

Debido a que la unidad es esencial para la creación de una masa crítica, muchos dirigentes de la Nueva Era se han unido para condenar la obstrúyete influencia de la Iglesia. ¿La objeción? Su «energía negativa» bloquea la conquista evoluti­va imaginada. Como usted ha visto, esta creencia se ha filtrado en la sala de clases.

Así, cualquiera que sigue a Dios es culpable de los únicos pecados en la Nueva Era: incredulidad y separación. Cristia­nos que rehúsan ver la visión global y unirse ala marcha evolutiva cosecharán persecución. «Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución» (2 Timoteo 3.12). Porque Satanás, el falso ángel de luz, odia a todo aquel que refleja la verdadera luz de Cristo en el mundo.

Para Dios no es ninguna sorpresa este diabólico engaño. Mucho antes, El nos advirtió que un día el anticristo gobernara el mundo y perseguirá a los cristianos:

Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.

Y se le permitió hacer guerra contra Los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo (Apocalipsis 13.7-8).

Mientras tanto, Dios nos llama a mantenernos separados. Como su pueblo santo, no podemos unirnos alas fuerzas del anticristo:

No os unáis en yugo desigual con Los incrédulos; porque ¿que compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con Las tinieblas?[.'] ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y Los ídolos ?

Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitare y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos» (2 Corintios 6.14-17).

Ya que nuestros hijos pertenecen a Dios, Él cuida de ellos. Si tienen que padecer en algo la persecución, Él estará con ellos para protegerlos, fortalecerlos y darles compensaciones espirituales que excederán a los sufrimientos. Deje que El anime a su familia con esta pro mesa:

Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejara, ni te desamparara[. . .] No temas, ni te intimides (Dt 31.6, 8).

Educación de muerte

La parte mas rara de la educación global es aquella en la que a los niños se les anima a explorar sus sentimientos acerca de la muerte. Para estar seguros de que tienen sentimientos que explorar, los alumnos visitan cementerios y funerarias, prue­ban los ataúdes, observan el embalsamamiento de los cadáveres, planean sus propios funerales, escriben sus propios obi­tuarios, diseñan su propia lápida, y practican escribiendo notas de suicidio)14

En la línea de la clarificación de valores de Simon, estos programas recalcan en que el suicidio es un asunto de prefe­rencia y elección personal. Con tal clase de aliento, los alumnos discuten las razones para morir, y crean fantasía en torno al sentido del termino de sus propias vidas.

 

¿Están las escuelas públicas de los Estados Unidos enseñando a los niños a odiar la vida y a amar la muerte? La respuesta es un rotundo sí. ¿.Cómo se está haciendo esto? Mediante lecciones en clarificación de valores que enseñan a odiar la vida, y lecciones en educación de muerte que enseñan a amar la muerte (Samuel Blumenfeld, autor de NEA: Trojan Horse in American Educa­tion [Caballo de Troya en la educación estadounidense.

 

Los juegos de simulación, tales como «El bote salvavidas» y «Refugio contra la radiación» fuerzan a los niños a hacer decisiones de vida o muerte, basadas en lo que es «importante» y <<10lo que es muchísimo mejor para la mayoría».15 Los alumnos tienen que contestar preguntas tales como: ¿Quien defería saltar por la borda a los tiburones para salvar al resto: un cantante, un medico o un sacerdote? ¿Qué miembro de la familia debe morir en el holocausto nuclear (o en una cueva o en un accidente de bote): la madre, el padre, el hermano, la hermana o uno mismo?16 Imagínese la confusión, las pesadi­llas, los temores y los remordimientos en los niños inseguros de sí mismos como consecuencia de este ejercicio.

Estos ejercicios pueden ser parte de cualquiera clase. Por ejemplo, un libro de texto de ingles para el octavo grado usado en Hingham, Massachusetts, pedía a los alumnos que escribie­ran notas de suicidio. Les daba un «importante» ejemplo que incluía la sugerencia: «No me puedo comunicar con mis pa­dres. [Ellos] no me entienden ... »17

La Universidad de Kentucky desarrolló un «juego mental simulado» en el cual el maestro guía a sus alumnos a través de «un tipo de sesión de espiritismo» en una pieza semialumbrada por candelas. A los alumnos se les dice: «Ustedes van a expe­rimentar la muerte y en ese momento van a ver como se elevan hasta el cielo de esta habitación ... [y estarán] contentos en su nuevo estado»)18

Gregg L. Cunningham fue un funcionario en la oficina regional de Denver del Departamento de Educación hasta el día en que escribió un sencillo informe exponiendo el programa globalista del Centro para relaciones internacionales de  enseñanza. Juzgue usted esta observación:

Par una morbosidad[ . .] sin par Los alumnos pueden considerar lamentable que nuestra cultura no «anima las visitas» de Los «espíritus de los muertos» (descritas como una «abierta y gozosa» expe­riencia, en contraste con las actitudes «inconfortables» de los esta­dounidenses hacia la muerte).19 Entonces se les enseña a «crear su propio altar de honor a la muerte» (en una forma reminiscente de la adoración ancestral). 20

¿Quien promueve estos cursos que alientan la depresión y el suicidio? ¿Ecologistas que quieren reducir la población mun­dial para economizar recursos? ¿Propulsores de la eugenesia que, como Hitler y Margaret Sanger, imaginan una superraza libre de sus miembros débiles 0 mal conformados? ¿Reforma­dores sociales que quieren insensibilizar a la juventud para organizar las muertes sociales por la eutanasia y otros medios? ¿Los misioneros de la Nueva Era que quieren presentar la muerte como una vía para escapar del presente hacia un  mañana mejor mediante la  reencarnación;  o, los visionarios de la Nueva Era que quieren preparar a nuestra juventud para la purga profetizada de todo aquel que cometa el pecado de la  separación, que entorpezca el plan al no unirse a la marcha hacia la nueva sociedad global?

Lo más seguro: todo lo mencionado arriba. Dios dice, «Todo el que me odia a mí, ama la muerte». El ejercito engañador que odia al pueblo de Dios abraza la educación de la muerte y otras filosofáis mortales.

El aliento de Dios

Nuestros hijos no son inmunes a los mensajes del mundo. Escuchan las mismas voces tentadoras, las mismas «afirma­ciones positivas» que otros oyen y siguen. Preocupado por su seguridad espiritual, nuestro Pastor nos recuerda: 

«No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cam­bien su manera de pensar para que as! cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios» (Romanos 12.2, 3, Dios Habla Hoy).

A menos que ayudemos a nuestros hijos a desarrollar una estructura mental y un filtro basado en la verdad bíblica, las filosofías del mundo los meterán dentro de sus moldes. Por lo tanto, es esencial que ellos vean a Dios como la fuente final de sabiduría, poder y triunfo.

Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; 

Dios mío, fortaleza mía, en el confiaré; 

mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. 

Invocare a Jehová, quien es digno de ser alabado, 

y seré salvo de mis enemigos (Salmo 18.2-3)

 


 Notas:

 

1.      Robert Muller, New Genesis: Shaping a Global Spirituality [Un nuevo genesis: Modelando una espiritualidad global], Doubleday y Co., New York, 1982, p. 49.

2.       Wkilliam B. Bowen, Jr., ultimo presidente del capitulo Capital de la Asociación de Educadores Cristianos, es un maestro de escuela y el autor de Globalism America's Demise [Globalismo: La muerte de los Estados Unidos].

3.      Mel y Norma Gabler, What Are They Teaching Our Children? [¿Qué les están enseñando a nuestros hijos?], Victor Books, Wheaton, Illinois, pp. 47-48, citando: A Global History [Una historia global], Allyn y Bacon, Inc., 1979, Unidades 4-9.
*A Global History of Man [Una historia global del hombre], Allyn y Bacon, Inc., 1970, p. 444.
*De un discurso por el editor de la revista
This Week Primavera 1962.
* Search for Freedom: America and Its People [En busca de libertad: Estados Unidos y su gente], The Macmillan Company, 1973, pp. 7, 348, 384-390, 403, 412. *Many Peoples, One Nation [Mucha gente, una nación], Random House, Inc., 1973, p. 88. Adaptado de un discurso por Frederick Douglass y presentado a los estudiantes en el tiempo presente sin refutación.

4.      Doctor James Kennedy, Traip up a Child [Formando a un niño], Coral Ridge Ministries, sermón pronunciado el 2 de junio de 1985, Fort Lau­derdale, Florida, p. 7.  

5.      Kathleen Hayes y Samantha Smith, Grave New World [Modelar un nuevo mundo], New Awareness Consultants, Golden, Colorado, 1986, p. 18.

6.      William Bennett, ex secretario de Educación de los Estados Unidos, «Estados Unidos, el mundo y nuestras escuelas», presentado ante la Conferencia del Centro de Etica y Politica Publica, Washington, D.C., 5 de diciembre de 1986, p. 7.

7.      Andre Ryerson, The Scandal of Peace Educatian [El escándalo de la «Enseñanza de la paz»], Commentary, junio de 1986, p. 38-41.

8.      Bennett, pp. 8,10.

9.      Ken Keyes, Jr., The Hundred Monkay [El centésimo mono], Vision Books, St. Mary, Kentucky, 1982), pp. 13-18.

10.  John Randolph Price, The Planetary Commission [Comisión planetaria], Fundación Quartus para la investigación espiritual, Inc., Austin, Texas, 1984, p. 68-69.

11.  Bennett, p. 9.

12.  «El surgimiento de una coalición: Se unen lideres políticos y religiosos», Reporte especial, The Omega Letter [La letra Omega], North Bay, Onta­rio, Canadá, noviembre 1988, p. 2.

13.  Ibid., p. 3.

14.  Paul de Pierre y Mary Pride, Unholy Sacrifices of the New Age [Sacrifi­cios impíos de la Nueva Era], Crossway Books, Westchester, Illinois, 1988, p. 76.

15.  Ibid., 75 citas del Profesor Richard Mitchell, The leaning Tower of Babel [La Torre inclinada de Babel], Brown y Compania, Boston, Little, 1984.

16.  Ibid., 75.

17.  Phyllis Schlafly, Child Abuse in the Classroom [Abuso de niños en el aula], Crossway Books, Westchester, Illinois, 1988, p. 308.

18.  Informe de educación, marzo de 1988, p. 1.

19.  Gregg L. Cunningham, Blowing the Whistle on Global Education [Ha­ciendo sonar la alarma sobre la educación global], preparado por Thomas G. Tancredo, representante regional ante el Departamento de Educación de los Estados Unidos, Denver, Colorado, 1986, p. 22, citando Death: A part of Life [La muerte: una parte de la vida], Centro para las relaciones internacionales de enseñanza, Denver, 1981, p. 39.

20.  Ibid., p. 47.


Capítulo 6: ¿¿Qué pueden hacer los padres acera del Globalismo de la Nueva Era?