¿Alimentaremos a las ovejas
o divertiremos a las cabras?

por Charles Haddon Spurgeon

(evangelista inglés, 1834-1892) [muy pertinente hoy día]

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Hay un gran mal en el profesado campamento del Señor, tan repugnante en su insolencia, que durante los últimos años hasta los más miopes no pueden faltar de notarlo. Se ha desarrollado de tasa anormal incluso para el mal. Se ha comportado como levadura hasta que toda la masa ha fermentado. El diablo rara vez ha hecho cosa tan astuz como el insinuarle a la Iglesia que una parte de su misión es proporcionar diversiones para el pueblo, con intención de ganarles a la fé.

Del hablar como lo hizieron los Puritanos, paso a paso la Iglesia ha bajado el tono de su testimonio y, a continuación, le guiñe el ojo y excusa a las frivolidades del día. Luego, las tolera en la Iglesia misma. Ahora las ha adoptado conforme al motivo de atraer a las masas.

Mi primer argumento es que en ninguna parte de las Escrituras se dice que la provisión de diversiones para la gente es una función de la iglesia. Si de verdad se trata de un trabajo cristiano, ¿por qué Cristo no habló de ello? "¡Vayan por todo el mundo y proclamen al evangelio a toda criatura!" (Marcos 16:15). Es bastante claro. Por lo tanto, habría sido claro también si Él hubiera añadido "y proveen diversiones para aquellos que no saborean el evangelio". Sin embargo, no encontramos ninguna de esas palabras. Parece que no se le ocurrió a Él.

Por otra parte, "Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio..." (Efesios 4:11-12). ¿En dónde encajamos a los artistas? El Espíritu Santo no nos dice nada acerca de esto. Los profetas ¿fueron perseguidos porque divertían a la gente o porque se negaron a hacerlo? Los espectáculos no tienen ninguna lista de mártires.

Una vez más: el proporcionar diversiones es directamente contra la enseñanza y la vida de Cristo y de todos sus apóstoles. ¿Cuál era la actitud de la Iglesia hacia el mundo? "Vosotros sois la sal "(Mateo 5:13) -- y no los dulces --- algo que el mundo no puede tragar y prefiere escupir. Las palabras de Cristo, "Deja que los muertos entierren a sus muertos" (Mateo 8:22 ), eran cortas y fuertes. Él estaba terriblemente en serio.

Si Cristo había introducido más elementos brillantes y agradables en su misión, hubiera sido más popular  cuando volvieron, por el carácter penetrante de su enseñanza. No le oímos decir, "Corre tras esa gente, Pedro, y dígales que mañana vamos a tener un estilo diferente para el culto, es decir, algo corto y genial, sin sermón. Ofreceremos una noche agradable para todos. Dígales que de seguro disfrutarán mucho. Apúrate, Pedro, que tenemos que captar a esta gente de cualquier manera". Jesús tenía compasión por los pecadores, suspiró y lloró sobre ellos, pero nunca trató de divertirles.

¡En vano buscamos en las Epístolas para encontrar cualquier rastro de este evangelio de la diversión! Su mensaje es: "¡Salgan! ¡quédese afuera! ¡completamente afuera!" No hay nada en las Epístolas que se acrerque de cualquier manera de bufonadas. Su confianza en el evangelio es ilimitada y no emplean otra arma cualquiera.

Después que Pedro y Juan fueron encerrados por haber predicado, la iglesia se reunió para orar, pero su oración no fue, "Señor, concédeles a tus sirvientes que, por medio del uso sabio y fino de entretenimientos inocentes, puedan mostrar cuán felices somos". Como no cesaban de predicar a Cristo, no tenían tiempo para organizar espectáculos. La persecución los había dispersados, e iban por todas partes predicando el evangelio. Trastornaron al mundo (Hechos 17:6). ¡Esa es la única diferencia! Señor, desembaraza la iglesia de toda la podredumbre y la basura que el diablo le ha impuesto encima, y llévanos de regreso a los métodos de los apostóles.

Por último, la misión de la diversión no llega al fin deseado. Causa estragos entre los nuevos conversos. Deje que los descuidados y los que se burlan, quienes dan gracias a Dios porque la iglesia se comprometió para acomodarles, hablen y atestiguen. ¡Que los que llevan pesada carga y que encontraron la paz mediante el concierto no guarden silencio! El borracho para quien el espectáculo ha sido de Dios eslabón de la cadena de  conversión - ¡que se ponga de pie! No hay ninguno que pueda responder. La misión de diversión no produce conversos. La necesidad actual para el ministerio de hoy en día es una erudición creyente unida con una espiritualidad fervorosa, la una que brota de la otra como el fruto brota de la raíz. Lo que es necesario es enseñamiento bíblico, tan bien entendido y sentido que torna inquebrantables a los hombres.


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